miércoles, 27 de noviembre de 2013

Crítica al documental "Hecho en México"





El documental Hecho en México trata sobre los artistas más emblemáticos del México actual. El tema principal del mismo nos habla de la identidad. Es un mosaico de distintas expresiones que invita, desde su punto de vista, a descubrir la pregunta que en reiteradas ocasiones nos hemos formulado, ¿qué es ser mexicano? Sin embargo, en ese mosaico de expresiones, son tantas las propuestas que engloba que en ciertos momentos resulta un tanto perturbador al vernos sometidos al bombardeo incesante de tonalidades, que de tanto abarcar, al final no concluye por develar ese cuestionamiento sobre el ser mexicano, y esto se corrobora en el título de cada uno de los capítulos de la obra, títulos como ¿Qué es ahora?, ¡Libertad?, ¿Fronteras?, ¿Quién lleva los pantalones?, etc., etc., etc.; a los cuales siguen melodías y comentarios de distintas personalidades intentando responder a esos cuestionamientos, pero al final, como he dicho antes, no se devela nada.

Desde mi perspectiva pienso que es un intento por esquematizar un México en el cual las distintas voces encuentran cabida para sus expresiones, es una propuesta que nos dice que las cosas mejorarán y que no todo es balazos, narcotraficantes, secuestros y sangre, nada más falso que eso. Y ¿por qué decir que esto es falso?, pues porque en el documental se habla de manera sesgada de la problemática de la violencia, y siempre se da la moraleja de que podemos estar mejor, sin embargo, no podemos soslayar el hecho de que la violencia nos ha rebasado, que nuestras autoridades no han podido –o no han querido– darle solución a esta problemática y que no se arreglara con que volteemos la vista hacia las cosas buenas que tenemos, hacía un documental lleno de nuestras virtudes, de lo bonito que es México, pero olvidando el lado oscuro de nuestro país. Y esta obra merece la más ácida de las críticas puesto que se presenta como un punto para revalorar lo que tenemos, y ¿qué es lo que tenemos?, por supuesto que no son sólo bonitas melodías o artistas kitch, México también se encuentra en una vorágine de corrupción y violencia encabezada por nuestros políticos y la clase económica que manda en el país, la burguesía.

Es interesante ver cómo se habla de distintos problemas –insisto de manera sesgada– por las cuales atraviesa el país, se hace una crítica a las cosas que nos lastiman, pero en todo lo que dura el documental no se habla en un solo momento de ese gran monstruo capitalista llamado Televisa, quien ha sido el principal precursor de la pobreza –económica, social, intelectual, etc.–, ese gran monstruo que igual le da entretenimiento a los jodidos[1], que encumbra presidentes con todo y su primera dama. Quizá la razón por la que no se toque el tema de la televisión es porque precisamente dos de los productores son el presidente y vicepresidente de Grupo Televisa, Emilio Azcárraga Jean y Bernardo Gómez respectivamente. Y no se puede pasar por alto que esta empresa ha sido la mal formadora del pueblo, que ha sido el instrumento de los gobiernos –principalmente priistas– para apaciguar al pueblo, que sólo ha servido a los intereses de unos cuantos, creando y manipulando artistas de plástico.

Resulta irritante el encontrarnos que uno de esos artistas intenta concientizar a la gente cuando sus actos no han sido un modelo a seguir, cómo se atreve Gloria Trevi a hablar de dignidad en la mujer cuando estuvo acusada de abuso sexual a menores, cuando mintió sobre su supuesta violación en un penal de Brasil[2], cómo se atreve a decir ¿Cómo los vamos a educar para que traten a sus esposas y a sus hijas?, me parece una burla. Y encima entona el clásico grito inspirado por Televisa en los partidos de fútbol –que es otro paliativo utilizado como herramienta por el sistema–, ese grito de esperanza que nos dice que somos tan grandes que podemos vencer cualquier obstáculo, ese grito de si se puede, ese grito que parece guión de la autoría de Carlos Cuauhtémoc Sánchez o de Miguel Ángel Cornejo. Además, resulta un tanto sospechoso que este documental se haya lanzado en septiembre de 2012, sólo unos meses después de las elecciones presidenciales en las cuales se presume –por algunos sectores de la población– existió un fraude, ¿será para calmar los ánimos y seguir con el pan y el circo?, pienso que sí.

Por el lado artístico, el documental en su intento por mostrar la diversidad cultural, mezcla a los artistas actuales con aquella música a la cual conocemos como “folklórica”, quizá con la intención de mostrarnos al mexican curious que a los turistas tanto seduce, y esto lo podemos apreciar claramente en las primeras propuestas musicales, desde la entrada con Rubén Albarrán el cual interpreta una melodía acompañado de músicos huicholes, y que en su primera estrofa nos dice “en un gran rancho electrónico, con nopales automáticos” (Bridgeman, 2012), nada más claro para corroborar esa mixtura que se presenta como intentándonos decir que lo antiguo, que las tradiciones pueden convivir con lo moderno. 

De la misma manera se presentan otras combinaciones para enseñarnos que sí es posible el encuentro de lo moderno con lo tradicional, Alfonso Arau y Natalia Lafourcade mezclados con son jarocho, aparecen los clásicos tríos románticos de mitades del siglo pasado acompañados con artistas callejeros, es decir, todo un collage musical que nos remite a las más bellas expresiones musicales en un solo coro.

Sin embargo, si algo podemos rescatar de este trabajo son algunas propuestas musicales y su trabajo técnico. A pesar de mostrar esa mezcla musical –mutado en un bodrio al más puro estilo de las cápsulas televisivas– que no llega a definirse, algunos trabajos resultan atractivos, exceptuando a esas tres vocalistas al más puro estilo de María Victoria con su clásico pujidito para entonar sus canciones, Julieta Venegas, Natalia Lafourcade, y Carla Morrison; pero también del lado técnico encontramos cosas interesantes, la fotografía del documental es digna de reconocerse, pero sólo eso y nada más.

Bibliografía

Agencias. (4 de diciembre de 2005). El Porvenir. Recuperado el 30 de agosto de 2013, de El Porvenir: http://www.elporvenir.com.mx/notas.asp?nota_id=41550
Azcárraga, E., Gómez, B., Fainchtein, L. (Productores), Bridgeman, D. (Escritor), & Bridgeman, D. (Dirección). (2012). Hecho en México [Película]. México: VideoCine (Televisa).
Cruz Jiménez, F. (2012). Los golden boys (1 ed.). México: Planeta.





[1] Emilio Azcárraga Milmo pronuncia, en un discurso improvisado, el 10 de febrero de 1993 lo siguiente: “México es un país de una clase modesta muy jodida, que no va a salir de jodida. Para la televisión es una obligación llevar diversión a esa gente y sacarla de su triste realidad y de su futuro difícil” (Cruz Jiménez, 2012, pág. 58)
[2] Posterior a esa declaración, Gloria Trevi declararía en diciembre de 2005 a un programa chileno que nunca fue violada y que en cambio sostuvo relaciones consentidas con dos personas (Agencias, 2005).

lunes, 25 de noviembre de 2013

Maldita Soledad



Maldita Soledad


Hoy se cumplen diez años de este encierro, de no ser por los continuos alegatos baratos de mis padres ya hubiera perdido la cuenta; no niego que los quiero, pero de cuando en cuando me gustaría ser huérfano. Lo terrible del asunto es como llegué hasta aquí, no sé si me arrepienta, aún no he llegado a esa etapa, lo que sí sé es que recuerdo muy bien cómo fue. Yo traía muchas broncas de adolescente, como cualquier chavalillo me clavé en las drogas como una válvula de escape, aunque en realidad me gustaba volar; por mi adicción comencé a robar, primero a jalar bolsos, luego de carterista, hasta que comencé a usar una navaja para someter a la gente. Una de mis mejores amigas, Concepción, la Concha, al enterarse de mis adicciones y actividades delictivas, le contó a su tía, Doña Soledad.

Doña Soledad, señora buena, un poco chismosa, que iba a la iglesia y siempre estaba dispuesta a ayudar para las fiestas de la colonia, una tarde me recriminó: “A ver Pepe, ¿qué andas haciendo?, ya me dijo la Concha que andas en malos pasos”, le contesté: “No se crea nada Cholita, esa Concha que es bien mitotera”, me tomó por los hombros evitando mi huida, clavó sus cándidos ojos en mi cara, con un tono dulzón me dijo: “Ándale Pepe, no andes haciendo tonterías, mejor vete a hacer otras cosas, seguro ahorita ya te ibas a robar para tus drogas verdad, no seas tonto, no desperdicies tu vida así, mejor vete a ver la tele…”. Cuando terminó de decir esto, un dolor seco comenzó a subir de mi estómago a la cabeza, instintivamente saqué la navaja con la que andaba asaltando y de dos tajos rápidos y finos le cercené la garganta… a la mierda, mira que mandarme a ver la tele, no ve que dicen que eso apendeja.


Gustav Gigende. “Maldita Soledad” Cuentos del subconsciente. 2013